Daniel Hugo Piazzolla fue más que el hijo del genial Ástor o el padre del baterista Pipi, líder de Escalandrum. El músico que falleció el viernes a los 80 años en Villa La Angostura (Neuquén), donde residía desde hace una década, fue parte central del Octeto Electrónico que condujo su padre como percusionista y en sintetizadores (su alejamiento de esa formación generó un profundo y extenso cortocircuito familiar) y luego un celoso guardián de la herencia innovadora de su progenitor.

“La familia Piazzolla, Dedé (Odette Wolff, madre del músico fallecido), Ástor, Diana (su hermana) y Daniel se vuelve a reunir en otro plano, en el que seguramente estarán también junto a Nonino y Nonina”, escribió la Fundación Piazzolla en las redes sociales para anunciar su fallecimiento. Fue descripto como un “gran músico, divertido y querido por muchos”. Su deceso fue consecuencia de un enfisema pulmonar por EPOC.

Su hijo, quien tiene su mismo nombre, lo despidió sentidamente. “Hoy se fue mi Papá, el que siempre me apoyó, el amigo de mis amigos, el que me dio la libertad de decidir, el que me enseñó que la familia está primero, el de las bromas pesadas, el que hizo de todo”, publicó. Y recordó que, aparte de músico, se dedicó a tareas tan variadas como pintar casas, afinar pianos, instalar alfombras e incluso en la gastronomía. “Todo el mundo te quiso y te recordarán por siempre. Te voy a extrañar mucho. Buen viaje y que te encuentres con los tuyos, que no ves hace rato”, agregó, y sumó una canción que le compuso.

El Instituto Nacional de la Música lamentó su muerte y resaltó su “trayectoria ligada a la experimentación sonora”. “Su trabajo como intérprete y productor también quedó reflejado en el álbum ‘Piazzolla por Piazzolla’, donde retomó piezas del Octeto Electrónico y sumó composiciones propias. Asumió un rol central en el cuidado y la difusión del legado de Ástor, en el resguardo de materiales, la contextualización de la obra y su transmisión a nuevas generaciones”, señaló la entidad.

Pese a su perfil bajo, también fue pieza clave para el concierto homenaje “Astortango” en el Teatro Ópera, del que participaron en 1996 (cuatro años después de la partida del compositor) figuras como Chick Corea y Gary Burton. Como productor o en testimonios, intervino en documentales sobre la evolución del 2x4 como “Tango 360” y “Los años del tiburón”, mientras que como compositor escribió “El amor cotidiano” y “Porteñesa heroica”, entre sus obras destacadas.

Su momento de mayor exposición fue con el Octeto Electrónico, entre 1976 y 1977, cuando se revolucionó nuevamente el tango contemporáneo a partir de la sumatoria de instrumentos eléctricos y la fusión con el jazz. Cuando florecieron diferencias estéticas con Ástor, que volvió al formato del quinteto sin sintetizadores, Daniel no se habló con su padre (a quien confesaba admirar) por más de una década, aunque luego hubo un reencuentro. En los últimos meses estaba abocado a escribir un libro con la historia y anécdotas de esa relación.